La mano más movediza de Benito es
la derecha. En las mañanas es la que lo ayuda a lavarse sus pequeños
dientes, a tomar leche en la taza de
color azul que siempre ocupa, y peinarse su pelo oscuro como la noche. Su mano es blanca como una hoja de papel y
tiene una mancha color café en una yema del dedo, es un poco gordita aunque
Benito es de cuerpo delgado y largo. Él dice que su mano derecha es su mejor
amiga, y sin ella sería muy difícil hacer todas las travesuras que quiere. Por
eso, cuando algo le sale bien, como comer la comida sin mancharse la ropa, mira
su mano para agradecerle y dice- “¡Qué
buen equipo hacemos!”
A Benito le gusta imaginar que a
veces su mano derecha es un robot que lo ayuda a combatir en el espacio contra
las naves espaciales. Otras veces piensa que es un tiburón, que nada por las
aguas mientras él se baña. Y otras, es una mano salvaje que lo sostiene de los
árboles cuando cree estar en la selva.
Todas las noches conversa con
ella cuando se siente solo y comentan las aventuras que vivieron durante el
día, pero cuando ya está acostado en su cama, Benito la apoya bajo su cabeza y
los dos se van a dormir y descansan de las diabluras vividas.
Cuando Benito va al colegio le
dice a su mano- “¡Ahora nos vamos a portar bien, porque en el colegio, las
manos movedizas tienen que hacer caso!”. Pero Benito sabe que igual le gusta
jugar con las otras manos de sus compañeros, así que la deja volverse un poco
loca en los recreos.
Un día, llega una compañera nueva
a la sala de clases, ella se llama Aurora. Es pequeña y bajita, cabellos color
miel y de personalidad tímida. La profesora hizo que se sentara al lado de
Benito, pues como él es un niño muy acogedor, de inmediato se hicieron amigos.
Pero lo que nunca pudieron imaginar es que sus manos se gustaron de inmediato.
La mano más movediza de Aurora era la
izquierda, y pasaba mucho tiempo al lado de la mano derecha de Benito cuando se
sentaban al lado en la sala de clases o jugando en el recreo, incluso se
tomaron de las manos un par de veces y entendieron que ambas manos se habían
enamorado por sus diferencias, ya que las cosas distintas en las personas a
veces hasta son mejores que las que tienen parecido a nosotros.
Muy entretenido el relato.
ResponderEliminarLa idea, generada a partir de la acción cotidiana de nuestras manos se vuelve muy seductora a través de esta producción.
Además de presentarnos el producto final, podría mostrarnos de modo explícito como fue el proceso.
Le dejo la inquietud.
Saludos